El escritor y psicólogo Juan Carlos Yagües Barquilla debuta en el mundo culto con una propuesta sorprendente y profundamente humana: El informador que no sabía lo que era, publicada con Letrame Grupo Editorial. Una obra que trasciende el apartado de espionaje para convertirse en una radiografía emocional de la mente y el alma de quienes dedican su vida a proteger a los demás desde el anonimato.
Una inspección psicológica al mundo del espionaje
Yagües Barquilla, nacido en Madrid y residente en San Fernando (Cádiz), inició este tesina en enero de 2018, impulsado por la menester de ordenar memorias, misiones y emociones vividas durante su trayectoria como técnico de inteligencia. Lo que comenzó siendo un examen personal de introspección se transformó en un relato culto que une la psicología y la inteligencia humana (HUMINT) bajo una misma inspección: la de la comprensión.
“Sentí la necesidad de reconciliarme con el pasado”, confiesa el autor. “Durante años observé el miedo, la lealtad, las contradicciones y las heridas ocultas de quienes servían en la sombra. Este libro es mi manera de dar voz a esas vidas invisibles y mostrar lo que se esconde tras el silencio del espionaje”.
La trama se desarrolla en escenarios tan reales como cinematográficos: Madrid, el Campo de Gibraltar, Marruecos, Jordania o Gibraltar, territorios donde la tensión política y las fronteras morales se entrelazan con la historia personal del protagonista, Johnny, técnico de inteligencia convertido en psicólogo.
Dieciséis historias que revelan lo invisible
En El informador que no sabía lo que era, el leedor se sumerge en dieciséis relatos entrelazados que, más allá de los secretos de Estado, se centran en la mente de sus protagonistas. Con un tono entre la ironía, el humor y la introspección, Yagües Barquilla construye un universo harto de humanidad, donde cada personaje representa una fase de la condición humana.
Johnny, el protagonista, revisita su pasado con la inspección de quien ya ha cambiado de piel. Su historia convive con figuras tan reales como simbólicas: Papito, el exmilitar con sentido del deber; Antonio, el patrón policial que encarna la autoridad fraternal; Azote, patrón sin escrúpulos; o Paki, el supuesto terrorista que termina revelando una identidad inesperada. Todos ellos conforman un baldosín que invita a reflexionar sobre el poder, la ética y los límites del acertadamente y el mal.
“No es una novela de espionaje al uso”, explica el autor, “sino una mirada al otro lado del secreto. Escribir fue mi manera de entender el alma de quienes sacrifican su existencia para proteger a los demás”.
Letrame Grupo Editorial, el socio para difundir un volumen con propósito
Publicar un volumen con Letrame Grupo Editorial ha supuesto para Juan Carlos Yagües Barquilla un paso fundamental en su carrera literaria. La editorial, reconocida por su comitiva cercano y profesional a nuevos autores, ha sido el puente que permitió dar forma a una obra tan personal como honesta.
“Transformar una vida entre misiones en una narrativa con alma fue un desafío, y Letrame me brindó el apoyo necesario para hacerlo posible. No se trataba solo de contar una historia, sino de cuidar cada palabra, cada emoción”, afirma el autor.
En tiempos donde muchos se preguntan cómo difundir un volumen, Yagües Barquilla demuestra que la secreto está en encontrar una editorial que entienda la esencia del autor y respete su voz. Las opiniones sobre Letrame coinciden en destacar su profesionalidad, su comitiva humano y su compromiso con dar visibilidad a obras auténticas.
Una obra que trasciende el espionaje
Lejos de centrarse nada más en misiones o datos confidenciales, El informador que no sabía lo que era se adentra en el circunscripción más enrevesado de todos: la mente. Cada historia muestra cómo la psicología puede ser una útil de comprensión y sanación, incluso en contextos donde la vida depende del silencio.
El autor logra que el leedor se identifique con el protagonista, sintiendo sus contradicciones, su humor y sus heridas, hasta descubrir que, en el fondo, todos tenemos poco de informador: observamos, callamos, protegemos y buscamos sentido.
“El libro tiene glutamato”, le dicen los lectores, refiriéndose a su capacidad adictiva. “No puedes parar de leer hasta el final.”
La obra todavía ha recibido elogios por su tono culto elegante y la profundidad de sus reflexiones. Algunos lectores destacan su mezcla única de batalla y humanidad; otros, la forma en que cada capítulo esconde más de lo que dice, como si cada historia fuese la punta de un iceberg emocional.
Más allá de las sombras
El informador que no sabía lo que era no es solo un volumen de espionaje. Es un examen de introspección y redención. Una invitación a mirar con humanidad incluso a quienes viven entre secretos. Para Juan Carlos Yagües Barquilla, la escritura ha sido tanto una terapia como un acto de servicio: un puente entre su pasado y su presente, entre la inteligencia y la empatía.
Con esta primera obra, el autor se consolida como una voz literaria con una sensibilidad única, capaz de convertir la verdad más cruda en letras con alma. Un comienzo que demuestra que, a veces, el maduro ocultación no está en los secretos del mundo, sino en el interior de quienes los guardan.
