El desplazamiento de la población está tradicionalmente ligado a las oportunidades de empleo y es el principal motivo del desarrollo de la migración, que puede ser externa, de otros países, o interna, de otros municipios del mismo estado. En los últimos tres años (2022-2024), España ha tenido una entrada neta de dos millones de extranjeros, un volumen de tal dimensión que abarca el desplazamiento de ciudadanos dentro del territorio, en el que se produce una salida de población de las grandes ciudades al tiempo que aumenta en las poblaciones de menos de 5, 000 habitantes. Así lo refleja la revisión del Padrón Municipal de Habitantes y la Estadística de Migraciones y Cambios de Residencia (EMCR) que acaba de publicar el INE. Seguir leyendo
Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante y Málaga tienen saldo interior negativo y suben en los pueblos de menos de 5, 000 habitantes
Feed MRSS-S Noticias
El desplazamiento de la población está tradicionalmente ligado a las oportunidades de empleo y es el principal motivo del desarrollo de las migraciones, que pueden ser externas, de otros países, o internas, de otros municipios del mismo estado. En los últimos tres años (2022-2024), España ha tenido una entrada neta de dos millones de extranjeros, un volumen de tal dimensión que abarca el desplazamiento de ciudadanos dentro del territorio, en el que se produce una salida de población de las grandes ciudades a la vez que aumenta en las poblaciones de menos de 5, 000 habitantes. Así lo refleja la revisión del Padrón Municipal de Habitantes y la Estadística de Migraciones y Cambios de Residencia (EMCR) que acaba de publicar el INE. Estos datos cuestionan en parte la premisa de que son las oportunidades laborales las que movilizan a la población. Es obvio que hay más posibilidades en las grandes ciudades que en los pueblos pequeños, pero aunque las motivaciones básicas no han cambiado, el precio de la vivienda (alquiler o propiedad) se ha convertido en un elemento clave en la ecuación. Se ha convertido en un factor determinante en la elección del municipio de residencia, aunque ello suponga invertir horas diarias para llegar al lugar de trabajo. Más información. Vivir en autocaravana a precio de saldo en Madrid: «Me acostumbré rápido, pero no lo idealizo». El saldo migratorio neto exterior en España fue de 626, 268 en 2024, similar al de un año antes y cien mil menos que en 2022. Los principales destinos de los inmigrantes son Cataluña (129, 030), Madrid (113, 964) y la Comunidad Valenciana (104, 776). Esta entrada continuada de extranjeros cubre el movimiento interno, el de quienes cambian de residencia dentro de España. Los datos del EMCR muestran que el año pasado hubo 1. 75 millones de personas que cambiaron de municipio, un 2% más que un año antes, de las cuales 700. 640 cambiaron de provincia. Lo que llama la atención es que las capitales de las regiones que más extranjeros reciben son las que protagonizan el movimiento de migración interior. Así, la ciudad de Madrid consiguió aumentar la población en 55, 237, gracias a una entrada neta de extranjeros de casi 74, 000, ya que otros 18, 722 empadronados en la capital se fueron a otros municipios de la comunidad o a otras regiones. En los últimos tres años, más de 51. 250 personas han abandonado Madrid, lo que equivale a la población de Segovia capital, pero la población total ha aumentado gracias a la inmigración. El año pasado se produjo un fenómeno similar en Barcelona, que vio aumentar su población en casi 30. 000 habitantes, todo ello gracias a la aportación exterior (47. 000), ya que transfirieron algo más de 17. 000 a otros municipios y provincias. Las otras capitales con saldo interior negativo son Valencia (-6, 058), Alicante (-1, 994) y Málaga (-1, 881). Esta pérdida de población empadronada también afecta a algunas de las ciudades del cinturón industrial de las grandes capitales, como es el caso de Hospitalet. De hecho, hay algunas poblaciones importantes en las que ni siquiera la llegada de extranjeros contabiliza los desplazamientos y provoca pérdidas de población. En Madrid, Sant Cugat del Vallés (Barcelona), Fuengirola (Málaga), Talavera de la Reina (Toledo), Cádiz y San Fernando (Cádiz) son ejemplos de ello. Belén Trincado Aznar. Los datos del INE señalan que los beneficiarios de la pérdida de habitantes de las grandes ciudades son los municipios cercanos, como fue el caso de Terrassa (Barcelona), Valdemoro (Madrid) y Dos Hermanas (Sevilla) en 2024. Pero también hay movimientos significativos dentro de los distritos de las grandes ciudades. En general, el centro pierde población en favor de las zonas más alejadas. El sureste de Madrid (Vallecas, Vicálvaro y Villaverde) gana población y pierde el centro (Palacio, Retiro, Justicia, Ibiza). En Barcelona, ganan La Marina-Zona Franca y El Raval y pierden Sants, La Villa Olímpica y Las Tres Torres. Estos movimientos empiezan a llegar positivamente a la España más despoblada. Todos los municipios de menos de 5. 000 habitantes aumentaron su población el año pasado en 22. 020 personas, según los datos del Padrón de Habitantes, cuyos datos definitivos se hicieron públicos la semana pasada. Además del movimiento territorial de ciudadanos que compila la Estadística de Migraciones y Cambios de Residencia, esta estadística incluye los nacimientos y defunciones que determinan el número total de habitantes en cada una de las poblaciones. En cuanto al movimiento de población, los 6, 832 pueblos menores de 5, 000 en 2018 han recibido 446, 667 habitantes en los últimos siete años, de los cuales el 40% proceden de otros municipios de España. Si a estos datos sumamos la pérdida vegetativa de población (mayores defunciones que nacimientos) y las migraciones, el incremento de empadronados en estas localidades ha sido de 163, 027 en siete años, hasta alcanzar los 5. 86 millones a finales de 2024. Además, es muy interesante ver que esta mejora se produce en el 79% de los municipios menores de 5, 000 habitantes. Fuera quedan los pueblos de Asturias, Castilla y León, Extremadura y Galicia, que no consiguen frenar la sangría de la despoblación. Este movimiento de la población, del centro a la periferia de las grandes ciudades y de éstas a las poblaciones limítrofes, sean grandes o pequeñas, está muy ligado al crecimiento exponencial del coste del alquiler y del precio de la vivienda. Para una familia común, el pago de la vivienda, ya sea la hipoteca o el alquiler que se percibe, es el mayor esfuerzo a asumir cada mes. Sin embargo, el salario mínimo interprofesional es el mismo en todo el territorio y las funciones de ayuntamientos y comunidades autónomas tienen salarios iguales o mejores que en la Administración Central. Por tanto, la renta disponible de una familia que vive en Zamora o en Madrid es muy diferente, ya que con los mismos ingresos la segunda afronta el triple de gasto en vivienda. La falta de vivienda asequible en las grandes ciudades está recuperando el mapa poblacional, un movimiento que puede agudizarse en el tiempo debido a factores como el teletrabajo que reducen el número de días de desplazamiento. Los datos muestran que cada vez más familias están dispuestas a buscarse la vida lejos de las grandes ciudades, de sus trabajos, aunque ello suponga emplear horas en el transporte. La diferencia está en trabajar para vivir o para pagar la casa. . Aurelio Medel es periodista y doctor en Ciencias de la Información.
