Algunos se llevaron las manos a la cabeza al ver a la María Antonieta de Sofia Coppola en zapatillas de deporte. Con ese gesto descarado, la directora dejaba claro que quien quisiese abrir un debate sobre la precisión histórica de su película la tendría enfrente a ella, muerta de risa. Si alguno de aquellos tíos vinagres que se escandalizaron por ver a la reina con unas Converse sigue en activo, que no vea La vida breve, recién estrenada en Movistar Plus+. Al lado de la Luisa de Orleans de Alicia Armenteros, la María Antonieta de Kirsten Dunst es un documento periodístico. En La vida breve, Luisa es, como dice su suegra, «una mamarracha». No sé si esa palabra se utilizaba en la España del siglo XVIII. Y no me importa lo más mínimo. Alicia-Luisa es la mejor mamarracha del mundo pasado, presente y futuro.. Seguir leyendo
La serie de Garrido y Valor sobre Luis I es una sátira sobre la estupidez humana bien escrita, transgresora y maravillosanmente interpretada.
Algunos se llevaron las manos a la cabeza al ver a la María Antonieta de Sofia Coppola en zapatillas de deporte. Con ese gesto descarado, la directora dejaba claro que quien quisiese abrir un debate sobre la precisión histórica de su película la tendría enfrente a ella, muerta de risa. Si alguno de aquellos tíos vinagres que se escandalizaron por ver a la reina con unas Converse sigue en activo, que no vea La vida breve, recién estrenada en Movistar Plus+. Al lado de la Luisa de Orleans de Alicia Armenteros, la María Antonieta de Kirsten Dunst es un documento periodístico. En La vida breve, Luisa es, como dice su suegra, «una mamarracha». No sé si esa palabra se utilizaba en la España del siglo XVIII. Y no me importa lo más mínimo. Alicia-Luisa es la mejor mamarracha del mundo pasado, presente y futuro.. El anacronismo elegido no es fallo, es decisión creativa. Una elección arriesgada que Adolfo Valor y Cristóbal Garrido, creadores de La vida breve, sostienen con la misma arrogancia con la que Felipe V (Javier Gutiérrez) quiere dejar de reinar pero seguir viviendo como un rey. Le pasa el marrón (ver: la corona) a su hijo Luis, un lechuguino que no sabría gestionar una caja de galletas, cuanto más una España entera, con colonias y todo. Su reina, que no lleva Converse porque prefiere circular descalza, se toma la misión como si fuese (que lo es) un capricho de sus padres. Todos son personajes históricos, todos existieron. No hablaban así, claro. Y a lo mejor sí llevaban bragas. Y sabían cómo se consuma un matrimonio.. Pero Garrido y Valor no quieren (ni están obligados a) hacer una recreación exquisita del corto reinado de Luis I de España, sino una sátira sobre la estupidez de la vida. De la vida de Luis, de la vida de Luisa y de la vida de todos. La vida breve quiere, ante todo, ser una buena comedia. Si no lograse eso (que lo logra) todas sus demás aspiraciones se cortarían de raíz, como la cabeza de María Antonieta. Y como la lengua francesa en la presentación de Luisa de Orleans. Cómo no partirse de la risa con tanta desvergüenza.. Para que una serie como esta funcione tiene que estar bien escrita, su producción debe estar a la altura y su reparto encajar. El de La vida breve es, sobre el papel, extrañísimo. Sin embargo, en pantalla fluye tan bien que la precisión y la magia de sus intérpretes se confunden: Javier Gutiérrez recuerda a los mejores José Luis López Vázquez y Michel Piccoli y Leonor Watling (Isabel de Farnesio) tira sus frases como si supiera que todas se convertirán, una tras otra, en mi sentencia favorita del año, algo que no puedo ni confirmar ni desmentir. Los creadores de La vida breve tampoco pueden ni confirmar ni desmentir que Reyes de la noche, uno de sus trabajos anteriores, también tuviese conflictos entre la realidad y la ficción. Aquella serie sobre estrellas de la radio deportiva española no gustó a algunos de los que se vieron retratados en ella. Nos quedamos así sin sus siguientes temporadas: Reinas de la mañana y Princesas del podcast.. Sería divertido que alguien se pusiese ahora a hablar en nombre de Luis I o, mejor aun, de Isabel de Farnesio. Que se indignase porque esa reina «no hablaba así» y ese rey no tenía la cara de atontado que pone Carlos Scholz. Él es el mejor Luis I que podría tener La vida breve. Es el Principito, Gabino Diego, Bob Esponja, Tom Hulce en Amadeus y Froilán en general. Su vida fue corta y absurda. Mamarracha y breve, como la nuestra. Riámonos pues, que es lo más sano.
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