España camina imparable hacia los 50 millones de personas, y rebasar esa frontera redonda tendrá múltiples consecuencias, desde el mercado laboral, el acceso a la vivienda, la sanidad o la planificación del transporte. Sin embargo, estas cifras récord siguen siendo insuficientes para los emprendedores: según un informe difundido el jueves por el servicio patronal catalán Foment del Treball (SBES), 140, 000 inmigrantes necesitarán un año de edad laboral para que el empleo no se resienta. Seguir leyendo
Según un informe de la patronal catalana Foment del Treball, en los próximos diez años faltarán 140. 000 inmigrantes al año para que no haya paro.
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España camina imparable hacia los 50 millones de personas, y traspasar esa frontera redonda tendrá múltiples consecuencias, desde el mercado laboral, el acceso a la vivienda, la sanidad, o la planificación del transporte. Estas cifras récord, sin embargo, se quedan cortas: un informe publicado este jueves por la patronal catalana Foment del Treball (SBES) estima que se necesitarán 140. 000 inmigrantes al año en edad laboral para que el empleo no se resienta. «Sin inmigración no podemos producir y no somos competitivos. Los poderes públicos nos tienen que escuchar», ha dicho su presidente, Josep Sánchez Lfree, que ha reclamado un pacto social entre los poderes públicos y la sociedad civil para fomentar la llegada de trabajadores extranjeros. Durante su intervención en el centro cultural CaixaForum de Madrid, el máximo representante de la patronal catalana ha advertido de que las empresas están teniendo problemas para cubrir los puestos vacantes, y ha anunciado que enviará el documento a CEOE, los sindicatos, el Gobierno central y las comunidades autónomas para iniciar un diálogo al respecto. El texto, elaborado por opina360, concluye que sin inmigración habría un déficit de 1. 4 millones de trabajadores en la próxima década, y de 6. 3% de los empleos no podrían ser cubiertos, porcentaje que se elevaría al 12% en comunidades como Galicia y Castilla y León. Sánchez Lfree, que ha dicho en repetidas ocasiones lo mismo, «Las empresas necesitan inmigración sí o sí para ser más productivas y competitivas, y para generar riqueza y empleo, con el objetivo último de reducir las desigualdades económicas», dijo el comunicado. El empresario puertollanero ha dicho ser consciente de la dificultad de alcanzar pactos en un momento de polarización política como el actual, donde las encuestas muestran además un crecimiento electoral de las opciones políticas xenófobas, pero no rehúsa la batalla: la próxima semana volverá a tratar el tema en una intervención conjunta con su homólogo de la CEOE, Antonio Garamendi. «La inmigración está ocasionalmente relacionada con la delincuencia, el vandalismo y la violencia. Los poderes públicos deben resolver estas situaciones. No se pueden generalizar, pero es cierto que la opinión pública tiene esta percepción», ha dicho. El aumento de la inseguridad es precisamente el punto negativo que la encuesta que acompaña al estudio se asocia con la inmigración, en concreto 27. El 9% de los encuestados vincula ambas realidades. En el lado positivo, más del 40% cree que su llegada contribuye positivamente a la economía. La publicación señala que España está experimentando un profundo cambio demográfico. En 2035, la suma de la población procedente del extranjero y sus descendientes nacidos en España podría superar el 34% del total. Es decir, un tercio de la población estaría vinculada a la inmigración directa o indirectamente, como primera o segunda generación. Su incorporación al mercado laboral, dicen, es muy relevante para la sostenibilidad de las pensiones y para rejuvenecer una población española que ya supera los 84 años de esperanza de vida al nacer, la tercera del mundo, porque tres de cada cuatro llegados del extranjero tienen menos de 40 años. El director de Opina 360 y coordinador del informe, Juan Francisco Caro, ha destacado que es el momento de plantearse qué necesidades formativas y qué perfiles necesita España, para que su integración en el mercado laboral sea más rápida. «En la construcción no se puede trabajar», ha puesto como ejemplo. Una de las preocupaciones que ha sobrevolado la jornada es cómo cubrir la próxima jubilación de millones de trabajadores. Según el estudio, una de cada cinco personas activas tiene 55 años o más, con casos extremos como los 29 años. 8% de los zamoranos. En España, las muertes superan con creces a los nacimientos: en 2024 hubo 433. 547 fallecimientos, pero sólo nacieron 322. 034 bebés. La tendencia no es nueva, sin embargo, según el estudio, España tiene el quinto crecimiento demográfico más intenso de la UE, 20. 1% entre 2000 y 2024, frente al 4. 7% de todos los socios, lo que se debe en gran medida a la inmigración. En este crecimiento hay ciertos desequilibrios, porque las provincias costeras mediterráneas, los archipiélagos y el entorno de Madrid concentran el 89. 1% del aumento de población registrado en el primer cuarto de siglo. «La población se concentra cada vez más en las ciudades, las más grandes mantienen su peso, mientras que las pequeñas y medianas, en muchos casos capitales de provincia, ganan protagonismo a costa de los pueblos. Como consecuencia, amplios espacios de la España interior continúan despoblándose lentamente», resume el texto. ¿Es la inmigración la solución a ese problema? Félix Riera, director de la SBEES, estima que, en gran medida, sí. «La situación económica actual del país está definida por el potencial de la inmigración», afirma. «La economía va en la buena dirección, pero necesitamos mano de obra cualificada y no cualificada, y tenemos verdaderos problemas para absorber la demanda de nuestras empresas». [. . . ] La inmigración es necesaria para la sostenibilidad de la sociedad del bienestar. Las empresas la necesitan como el agua para beber o el aire para respirar», dijo Sánchez Lfree.
