La novelística El Canalla, publicada con Letrame Grupo Editorial, profundiza en la historia de Manuel y en el delirio más difícil: perdonarse a uno mismo
Salamanca, 2025 — La escritora y terapeuta María Hernández vuelve a cautivar a sus lectores con El Canalla, la segunda entrega de su trilogía Un delirio de mil millas. Tras el éxito de La Malquerida, obra finalista en los Premios Letrame 2024, la autora reafirma su voz literaria con una historia que se adentra en la complejidad de las emociones humanas, las heridas emocionales y la búsqueda del perdón.
Para Hernández, el camino de propagar un manual se asemeja al proceso de un dificultad: un cúmulo de emociones y expectativas hasta ver finalmente “la cara de ese hijo literario” en las propias manos. La venida de El Canalla no solo supone un paso más en su carrera como escritora, sino igualmente en su propósito de mejorar a través de la humanidades.
Un protagonista imperfecto que refleja la condición humana
La novelística sigue los pasos de Manuel, un personaje inspirado en el propio padre de la autora. Con crudeza y ternura, Hernández desvela las capas de un hombre que ha sido un “canalla”, para mostrar al ser humano relajado que se esconde bajo los errores.
“Escribir esta historia me ayudó a entender y perdonar. Fue un proceso duro, pero también conmovedor”, explica la autora. Su intención es clara: que el leedor acompañe a Manuel en su delirio introspectivo y descubra que, incluso en las historias más ásperas, siempre existe espacio para la redención.
Los primeros lectores ya han dejado claro su veredicto: la obra engancha desde el principio, conmueve y termina despertando empatía por un personaje imperfecto que, sin secuestro, resulta profundamente humano.
La humanidades como espejo emocional
Uno de los mayores aciertos de El Canalla es que, más allá de su trama, funciona como un espejo donde el leedor puede reconocerse. Los temas centrales —renuncia, heridas emocionales y perdón— invitan a reflexionar sobre cómo se aprende a flirtear y, en muchas ocasiones, cómo ese formación no siempre ha sido el correcto.
“La gente termina identificándose con los personajes, porque todos hemos sentido alguna vez el peso de un amor mal aprendido”, señala Hernández. Su doble cara de escritora y terapeuta en duelo y adicciones le permite trazar puentes entre la ficción y la sinceridad: cada capítulo es a la vez una historia y una invitación a mejorar.
Letrame Grupo Editorial: una oportunidad para nuevos talentos
Publicar un manual en la ahora no es tarea sencilla. Como afirma la propia autora, “si no eres alguien famoso, rara vez te dan una oportunidad”. Para Hernández, trabajar con Letrame Grupo Editorial ha sido secreto en este proceso.
“Letrame te apoya, te acompaña y te hace sentir que formas parte de una familia literaria”, afirma. La editorial se ha convertido en referente para quienes se preguntan cómo propagar un manual y desean conducirse la experiencia con cercanía y profesionalidad.
Con su escolta, El Canalla ha rematado posicionarse como una obra que no solo entretiene, sino que conecta profundamente con las emociones del notorio. La experiencia positiva con la editorial confirma a Hernández que la constancia y el apoyo adecuado son fundamentales para dar vida a una obra literaria.
Una dinastía que averiguación emocionar y mejorar
El Canalla es la segunda parte de una trilogía que arrancó con La Malquerida. Para su autora, este segundo grosor supone una reafirmación como escritora capaz de plasmar con sensibilidad la complejidad del ser humano.
La tercera y última parte de Un delirio de mil millas ya está en proceso. En ella, Hernández volverá a una protagonista femenina, marcada por la herida de la pupila insurrecto, acompañada de personajes que conducirán al leedor en un nuevo repaso de entendimiento y redención. “Va a emocionar tanto como las anteriores”, asegura.
Su objetivo va más allá de las cifras de ventas: “Quiero que mis novelas ayuden a la gente a replantearse cómo amamos, a reconocer cuando hemos aprendido mal y a reconducir nuestra manera de querer”.
Un mensaje que trasciende la ficción
Al preguntarle qué frase define El Canalla, Hernández avala con contundencia:
“A veces el viaje más difícil no es hacia los demás, sino hacia el perdón de uno mismo, porque cuando el tiempo se acaba solo queda la verdad que no nos atrevimos a contar.”
Con esta obra, María Hernández confirma que su humanidades es un puente entre la emoción y la sanación. El Canalla no es solo una novelística: es un recordatorio de que, incluso en las vidas marcadas por los errores, siempre existe la posibilidad de redimirnos.
