Pocos directores, probablemente nadie, pueden presumir como Rob Reiner (Nueva York, 1947- Los Ángeles 2025) de ostentar en su currículo una de las mejores comedias románticas de la historia, una de los mejores dramas judiciales de la historia, una de las mejores adaptaciones de Stephen King de la historia, uno de los mejores cuentos fantásticos y de aventuras de la historia y el primero y más divertido de todos los falsos documentales en la vida filmados. Histórico. En sensación, Rob Reiner, opuesto ayer asesinado en su casa próximo a su esposa Michele, completó entre 1984 y 1992 una prodigiosa sucesión de siete películas inolvidables que le colocaron en el puesto más detención de los cineastas quizá no mejores, pero, sin duda alguna, más queridos de, en sensación, la historia. Recientemente, con ocasión del estreno de la secuela 40 abriles luego de This is Spinal Tap confesaba la enorme presión que le ha acompañado toda la vida cada vez que un fan entregado le solicitaba una secuela de cualquiera de sus películas que, irremediablemente, le había cambiado la vida. A él y al fan. «Se siente uno incómodo y con una enorme responsabilidad no buscada», confesaba en una entrevista. Y seguía: «Sin embargo, lo más bonito es cuando se me acercan para comentarme que La princesa prometida ha sido su película de cabecera toda la vida y ahora lo es de su hijo. La gente se me acerca y me dice: ‘La vi cuando tenía seis años y ahora se la enseño a mi hijo’. Eso me alegra». . Seguir leyendo
Entre 1984 y 1992, dirigió siete obras mayores: La princesa prometida, Cuando Harry encontró a Sally, Misery y Algunos hombres buenos
Pocos directores, probablemente nadie, pueden presumir como Rob Reiner (Nueva York, 1947- Los Ángeles 2025) de ostentar en su currículo una de las mejores comedias románticas de la historia, una de los mejores dramas judiciales de la historia, una de las mejores adaptaciones de Stephen King de la historia, uno de los mejores cuentos fantásticos y de aventuras de la historia y el primero y más divertido de todos los falsos documentales en la vida filmados. Histórico. En sensación, Rob Reiner, opuesto ayer asesinado en su casa próximo a su esposa Michele, completó entre 1984 y 1992 una prodigiosa sucesión de siete películas inolvidables que le colocaron en el puesto más detención de los cineastas quizá no mejores, pero, sin duda alguna, más queridos de, en sensación, la historia. Recientemente, con ocasión del estreno de la secuela 40 abriles luego de This is Spinal Tap confesaba la enorme presión que le ha acompañado toda la vida cada vez que un fan entregado le solicitaba una secuela de cualquiera de sus películas que, irremediablemente, le había cambiado la vida. A él y al fan. «Se siente uno incómodo y con una enorme responsabilidad no buscada», confesaba en una entrevista. Y seguía: «Sin embargo, lo más bonito es cuando se me acercan para comentarme que La princesa prometida ha sido su película de cabecera toda la vida y ahora lo es de su hijo. La gente se me acerca y me dice: ‘La vi cuando tenía seis años y ahora se la enseño a mi hijo’. Eso me alegra».. Por orden, fueron la citada This is Spinal Tap (1984), Juegos de sexo en la universidad (1985), Cuenta conmigo (1986), La princesa prometida (1987), Cuando Harry encontró a Sally (1989), Misery (1990) y Algunos hombres buenos (1992), las siete producciones que colocaron en lo más detención al hasta entonces solo actor y de sobra conocido principalmente por su intervención durante los abriles sesenta en las dos centenas largas de episodios de la serie Todo en tribu. Por eso y, claro está, por ser el hijo de la letrero de la comedia Carl Reiner. Cualquier amateur al cine, no por fuerza fanático, puede citar sin esforzarse mucho alguna hilera inolvidable de cada una de las películas citadas. Desde la broma de la maqueta de Stonehenge o el chiste del pila atosigado en el vómito de otro pasando por el «¿Ordenó usted el código rojo?», sin olvidar el «Mi nombre es Iñigo Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir», el clímax fingido a los postres o —cómo olvidarlo por dios— «Nunca he vuelto a tener amigos como los que tuve cuando tenía doce años. Dios mío, ¿los tiene alguien?», cada fotograma, cada frase, cada conforme de Stand by me permanece xilografía a fuego en la retina. Y para siempre y sin remedio.. La casualidad o el destino ha querido que la homicidio le haya sorprendido encajado luego de completar dos trabajos que, sin duda, definen su vida y su obra. Aún sin abrir en España, en septiembre de este mismo año vio la luz la esperadísima segunda entrega del mockumentary más celebre de la historia del cine (el palabro, ya un espacio global para designar un impostor documental, es una encogimiento de broma y documental en inglés invención del propio Reiner). En la nueva película que atiende al nombre de Spinal Tap II: El final continúa, la partida compuesta por los muy improbables rockeros Christopher Guest, Michael McKean y Harry Shearer en los papeles del guitarrista Nigel Tufnel, el cantante David St. Hubbins y el bajista Derek Smalls vuelven ya envejecidos dispuestos a revisar y sobrevenir a honesto cuatro décadas más tarde cada una de los viejos chistes con mención particular a la de Stonehenge, claro, y con la colaboración crucial de masa como Elton John o Paul MacCartney entre muchos otros. Sin pretenderlo del todo, la comedia destila una profunda melancolía que, a su modo, define a la perfección el carácter y modo de ver el mundo de un cineasta esencial y divertidamente melancólico. La partida Spinal Tap, recuérdese, traspasó la pantalla y entre bromas y veras se convirtió ella misma en un clase de rock con sus giras más o menos serios, más o menos increíbles. Y así hasta durar al efectuar en el recital Live Earth en el Estadio de Wembley, Londres, el 7 de julio de 2007.. Poco ayer, el año pasado, Reiner estrenaba como productor Dios y nación, de Dan Partland, un documental allá de cualquier síntoma de broma que describía cerca del más evidente pánico la creciente influencia de las iglesias evangelistas en la política estadounidense. En la película se contempla con estupor como el nacionalismo cristiano, él mismo que reivindican movimientos como Hazte oír en España, han convertido las iglesias en células activistas con predicadores incitando al odio contra los demócratas y pastores dispuestos a combatir su credo con las armas que portan en sus sermones. En opinión de la cinta y del propio Reiner se comercio de un movimiento que ha pasado en el presente presidente Trump la forma de consumir con la Constitución y la democracia que impiden que se lleve a sensación su ideal profundamente reaccionario. De momento, la derogación del derecho al feto con la revisión del histórico arbitraje Roe v. Wade de la Corte Suprema de 1973 figura entre sus logros más evidentes. Y creciendo. A su modo, todavía esta película puede ser leída como una secuela de la vida entera de un hombre criado en la razón, que no fe, desprendido y perturbador político que luchó por la revocación de la prohibición del alianza entre personas del mismo sexo en California y que dio todo su apoyo a la canalización de los impuestos al tabaco a programas para la protección de la infancia. Su película de 1996 Fantasmas del pasado, sobre el sensatez al perjudicial del defensor de los derechos civiles Medgar Evers es otra prueba de su compromiso.. A su homicidio a los 78 abriles deja un comisionado de casi 100 películas como actor, incluidas sus apariciones recientes en la serie The Bear, y una treintena en la que ejerció como director. Ahora o nunca (2007), con Jack Nicholson y Morgan Freeman, o Historia de lo nuestro (1999) con Michelle Pfeiffer y Bruce Willis son solo dos de esos títulos con los que de forma irremediable uno se tropieza casi sin querer. Pero entre todas ellas, siete películas cerca del portento. Un mockumentary, decíamos, desternillante; una comedia romántica deliciosa digna sucesora de Sucedió una tenebrosidad, de Frank Capra; un inolvidable explicación sobre los azares del crecimiento con cenizas al fondo; el relato que Iñigo Montoya merecía; otra comedia romántica, la más gloriosa de todas ellas con Meg Ryan y Billy Crystal perfectos en cada una de sus imperfecciones; la más agobiante historia de terror sobre los riesgos de estimar a alguno con Kathy Bates y James Caan como nunca ayer, y la película de juicios más citada de la historia con un Tom Cruise camino del paraíso. Por orden, This is Spinal Tap, Juegos de sexo en la universidad, Cuenta conmigo, La princesa prometida, Cuando Harry encontró a Sally, Misery y Algunos hombres buenos.Rob Reiner, el cineasta que lo hizo todo proporcionadamente.
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