Ahora suena a trola, pero lo cierto es que hace tres años justos aún no se sabía si habría una Dune: parte 2 o no, duda razonable cuando la primera se estrenó en plena desescalada de la pandemia, que dejó la industria del cine en stand by. Ahora, el Capitán a posteriori nos revela que la secuela de Denis Villeneuve es la cuarta película más taquillera del año, pero seguro que ni él esperaba que Max fuera a estrenar también su precuela televisiva en el mismo 2024. Y aquí estamos, hablando de Dune: La profecía, otra serie que más allá de su interés lúdico es el reflejo vivo de una realidad cada vez más habitual en la cultura audiovisual que consumimos. Y es que, si es por precuelas, tenemos este año hasta una del remake de El rey león.. Seguir leyendo
Se estrena en max la precuela de la película de Denis Villeneuve, una serie que repite la fiebre por los derivados de grandes éxitos del cine
Ahora suena a trola, pero lo cierto es que hace tres años justos aún no se sabía si habría una Dune: parte 2 o no, duda razonable cuando la primera se estrenó en plena desescalada de la pandemia, que dejó la industria del cine en stand by. Ahora, el Capitán a posteriori nos revela que la secuela de Denis Villeneuve es la cuarta película más taquillera del año, pero seguro que ni él esperaba que Max fuera a estrenar también su precuela televisiva en el mismo 2024. Y aquí estamos, hablando de Dune: La profecía, otra serie que más allá de su interés lúdico es el reflejo vivo de una realidad cada vez más habitual en la cultura audiovisual que consumimos. Y es que, si es por precuelas, tenemos este año hasta una del remake de El rey león.. Pero lo que llama la atención de esta La profecía no es que esté ambientada 10.000 años antes del nacimiento de Paul Atreides, sino que viene para reforzar el éxito crítico y de audiencia de El pingüino, que es otra serie conectada a otra franquicia de Warner Bros con buena aceptación, la versión de Batman de Matt Reeves, que ni siquiera está dentro de su nuevo universo DC, pero sí refuerza la estrategia de la compañía de extender contenido en Max a partir de sus películas consagradas. Una idea que se está consolidando a modo de productos satélite de grandes blockbusters presentados en la gran pantalla, cohesionando tonos con altos presupuestos que sintonizan el aspecto visual en ambos formatos.. En realidad, la serie se separa bastante de lo que hemos visto en las películas, adentrándose en los orígenes de la Hermandad Bene Gesserit, la poderosa y secreta orden de mujeres que mueven los hilos de la dinámica política y social del universo Dune. Lo interesante para el fan de las novelas es la exposición del papel de estas monjas mágicas del espacio, por lo que es mejor no esperar grandes escaramuzas, tiros y acción al estilo de los blockbusters que sirven de excusa para su existencia, aquí lo que prima es la intriga política, las maniobras y golpes traperos dentro de la compleja dinámica de poder del Imperio y la esencia misma de algunas de las novelas.. Aunque la coyuntura obliga a asociarla con Juego de tronos y La casa del dragón, éxitos recientes de HBO que sugieren que a algún directivo le ha parecido bien aplicar la misma receta a otra adaptación dirigida a frikis de la fantasía, lo cierto es que la materia prima estaba ahí. La prueba es que ya hubo varias miniseries de Dune para televisión, incluyendo la adaptación de Messiah que conformará la tercera parte de Villeneuve, y ya tenían ese germen de culebrón de palacio y geopolítica que seguro que George R.R. Martin no desconocía cuando afrontó su Canción de hielo y fuego. Ya que Villeneuve no figura ni como productor, lo que realmente conecta a esta Dune: La profecía con su hermana mayor estrenada en salas es su mímesis visual con ella, lo que sella el pacto requerido para su existencia: formular una iteración más de una marca que sea reconocida como tal.. Dicho de otra forma, no existe mayor necesidad de emitir esta serie que perpetuar la dependencia de las secuelas, reboots y precuelas de sagas que se retroalimentan en una fiebre sin final en el horizonte. A veces se nos olvida que Disney+ solo tiene cuatro años de vida y que la retahíla de series de Marvel y Star Wars tuvo su germen en llenar cuanto antes el catálogo de material fresco para aficionados ilusionados. Sin embargo, en el caso de la creación de George Lucas, los productos televisivos han acabado desplazando a los estrenos de cine, que llevan sin aparecer en pantalla cinco años.. La influencia del modelo de negocio de los universos se ha ido extendiendo hacia todas las direcciones, incluso en Warner han hecho cesiones a Apple TV+, que sacó su propio apéndice del monsterverso de Godzilla con la serie Monarch: El legado de los monstruos, manteniendo su cronología y conexiones con las películas estrenadas en salas. Dentro del sello asociado de HBO, en 2025 también veremos la precuela de las adaptaciones de It de Stephen King en Welcome to Derry, que tendrá varios episodios con el director de aquellas a los mandos y, de nuevo, una nueva temporada de Peacemaker, la serie spin off de uno de los personajes de El escuadrón suicida de James Gunn, quien también tiene estrecha implicación creativa para consolidar la personalidad de ambas producciones.. Sea para estirar las inversiones iniciales en marketing, aprovechar el impulso del branding o cubrir una demanda real, el caso es que cada vez es más común encontrar ramificaciones televisivas que buscan reforzar en plataformas la popularidad de proyectos cinematográficos, pero, ojo, que muchos no acaban teniendo el éxito esperado. La serie The Continental no gustó ni a los fans de John Wick, y Los anillos del poder no está entusiasmando a los de El señor de los anillos como cabría esperar. Quizá la clave esté en alternar las producciones en ambas ventanas, siendo prudente y conteniendo la euforia que dan los buenos resultados de audiencia, pero, de momento, los dos primeros puestos de lo más visto en Max esta semana son parientes de éxitos de taquilla.
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