A Eduardo Casanova se le puede acusar de muchas cosas: Relamido, intenso, pretencioso, repetitivo, raro, cafre. Pero su insistencia merece la pena. La miniserie Silencio (más bien «microserie»: son sólo tres episodios cortos) es el último fruto de su pasión autoral. Casanova, muy populoso gracias a Aída, es muy consciente del origen y tamaño de su fama (lo verán cuando se estrene Aída y vuelta en enero) y la utiliza para promocionar sus obras, obras muy personales que a unos encantan y a otros espantan. Podría parecer que no hay nadie que no se relacione con los proyectos de Casanova desde los extremos. Además, él mismo no acepta medias tintas: o le amas o le odias, o te fascina su universo rosa y simbólico, o te parece absurdo, detestable y feo. A mí me parece Silencioso todo eso a la vez. Y me gusta que sea así. Producida en colaboración con Apoyo Positivo y disponible en Movistar Plus +, Silencio es relamida e intensa, pero también arriesgada, divertida, inteligente, desprejuiciada y original. Seguir leyendo
Nadie se relaciona con los proyectos de Casanova si no es desde los extremos, desde la fascinación o la repugnancia. Benditos sean los que existen.
A Eduardo Casanova se le puede acusar de muchas cosas: Relamido, intenso, pretencioso, repetitivo, raro, cafre. Pero su insistencia merece la pena. La miniserie Silencio (más bien «microserie»: son sólo tres episodios cortos) es el último fruto de su pasión autoral. Casanova, muy populoso gracias a Aída, es muy consciente del origen y tamaño de su fama (lo verán cuando se estrene Aída y vuelta en enero) y la utiliza para promocionar sus obras, obras muy personales que a unos encantan y a otros espantan. Podría parecer que no hay nadie que no se relacione con los proyectos de Casanova desde los extremos. Además, él mismo no acepta medias tintas: o le amas o le odias, o te fascina su universo rosa y colorista, o te parece absurdo, detestable y feo. Todo lo que me parece Silencioso a la vez me parece. Y a mí me gusta que sea así. Producida en colaboración con Positive Support y disponible en Movistar Plus +, Silencio es relamida e intensa, pero también arriesgada, divertida, inteligente, desprejuiciada y original. El hecho de que en Silencio participe una ONG centrada en el VIH tiene mucho sentido: la serie plantea un oportuno paralelismo entre el sida de finales de los 80 y la peste negra del siglo XVI. Lo hace en un tono nada realista, nada naturalista y nada obvio. Comienza con vampiros medievales preocupados por la falta de sangre humana «limpia», esencial para su correcta nutrición. El Drácula de Coppola y las criaturas de Jim Henson, Leticia Dolera, Ana Polvorosa, Luca Diez y Mariola Fuentes se convierten en monstruos muy gráciles, capaces de asfixiar a Omar Ayuso, según las características deudoras del Drácula de Coppola. Y cosas peores. Mara León es una yonqui de 1989 al otro lado de la línea del tiempo, de la caracterización y del tono de la serie. El papel es pequeño porque todos en Silencio son. También es la interpretación más salvaje de la actriz sevillana. . Lo que hace María León en Silencio es comparable a lo que hacen algunas estrellas de Hollywood cuando protagonizan alocadas películas de cineastas insolentes, europeos o asiáticos. Sin embargo, el ecosistema de la serie, su modo de producción y distribución, es muy diferente al de las películas, y no favorece la creación de obras de nicho-muy nicho. Mucho se discute sobre la existencia o no de series indias o «festivaleras». Cada vez que estamos a punto de descartar su inexistencia, aparecen extrañamente como Silencio. Pequeños milagros, pequeñas hazañas. El gran valor de esta serie es simplemente existir. Su carácter de colaboración con una entidad activista (de una causa que no puede ser más justa y necesaria) ha permitido a Silencio hacerse un hueco no sólo en festivales como Sitges, sino en plataformas de contenidos como Telefónica. También es, junto a Superestar, la primera serie candidata al Premio Feroz Arrebato de Ficción, una distinción a la que hasta el año pasado sólo optaban películas. Con La Piedad Eduardo Casanova ya ganó este galardón en 2023. El Arrebato premia obras radicales, extremas y temerarias. El silencio encaja en esa definición. También presenta una de las debilidades de la industria de las series: su incapacidad para sostener una producción estable de proyectos 100% autogestionados. Series similares a Silencio las hay en todos los cajones de todos los gestores de contenidos de todas las plataformas. Quizá es ahí donde deberían estar porque ese es el negocio de las series. O quizá no.
Cultura
