Lo primero que hizo Sean Baker tras recoger el Oscar de mejor película por Anora fue recordar el presupuesto de la película: 6 millones de dólares. Si nos fiamos de los datos que circulan por ahí, sólo el salario de Ariana Grande en Wicked más que duplica esa cifra. Y es que los números que se manejan en Hollywood no son siempre gigantescos. Lo que sí lo es es lo poco que tienen que ver con lo que el espectador ve en pantalla. . Seguir leyendo
Anora ha costado seis millones de dólares y Gladiator II ha costado 300. ¿Cómo va a recordar el público general el 2024 cinematográfico, como el año de Gladiator II o como el año de Anora? La respuesta es obvia
Lo primero que hizo Sean Baker tras recoger el Oscar de mejor película por Anora fue recordar el presupuesto de la película: 6 millones de dólares. Si nos fiamos de los datos que circulan por ahí, sólo el salario de Ariana Grande en Wicked más que duplica esa cifra. Y es que los números que se manejan en Hollywood no son siempre gigantescos. Lo que sí lo es es lo poco que tienen que ver con lo que el espectador ve en pantalla.. La inabarcable The Brutalist se levantó con menos de 10 millones y Flow, ganadora del Oscar de mejor película de animación, no necesitó ni 4. Su competidora (y favorita) en la categoría, Robot Salvaje, ha gastado más solo en los salarios de dos de sus voces principales: Pedro Pascal y Lupita Nyong’o. Por no hablar de Mufasa, ausente (y con razón) de las nominaciones este año. La secuela de El Rey León declara un presupuesto de 200 millones. A eso siempre hay que sumarle una cifra como mínimo equivalente en gastos de marketing. Los más de 700 millones recaudados por la película compensan tamaña inversión. Pero no siempre es así: este año Furiosa apenas cubrió sus (elevados) costes de producción y Joker: Folie à Deux ni siquiera eso. Por si eso no fuese suficiente drama, los Oscar han pasado de ellas.. Algunos se quejan de la ausencia en los premios de la Academia de esas películas que todo el mundo puede ver porque sus estrenos son masivos y sus protagonistas acuden a El Hormiguero a promocionarlas. De alguna manera, en estos Oscar eran Cónclavey Dune: Parte dos las representantes de este cine. Y Gladiator II, con su única y humillante nominación (mejor vestuario). Algunos cálculos elevan el coste de esta secuela por encima de los 300 millones de dólares. Con eso Sean Baker podría haber hecho 30 Anoras. Ahora bien, ¿cómo va a recordar el público general el 2024 cinematográfico, como el año de Gladiator II o como el año de Anora? La respuesta es obvia.. Pero voy más allá: mucha de esa gente sabe quién es Karla Sofía Gascón… sin haber visto Emilia Pérez. Para ellos Zoe Saldaña es «la de Avatar» y/o «la de Guardianes de la galaxia». Y está bien que sea así. El cine es el arte popular por antonomasia y vive de los espectadores que pagan entradas. Es tremendamente reduccionista decir que el éxito de Marvel o Santiago Segura permite la existencia de Anora o Salve María, pero hay algo de verdad ahí. También hay verdad en los que se quejan de que las películas de los Oscar no las conoce ni su padre. Si los cinco merecidísimos Oscar de Anora ayudan a popularizar el cine de Sean Baker, misión cumplida. Los premios también son para eso.
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