Estados Unidos ha agitado sin contemplaciones el avispero bélico de Oriente Próximo con su ataque a las instalaciones nucleares de Irán y el mundo ahora contiene la respiración a la espera de cuál será la respuesta de Teherán, que ya ha amenazado formalmente con el cierre del estrecho de Ormuz, la arteria marítima por la que circula una cuarta parte del petróleo y el 20% del gas natural licuado que se consumen en el mundo. Si el precio de ambas materias primas se desboca, regresará la inflación a las grandes economías occidentales, quedarán en el limbo las bajadas de tipos de interés previstas, se debilitará el crecimiento y caerán las Bolsas. Pero la magnitud de la sacudida es incierta y en plena confusión bélica, son varios los escenarios por los que el precio del petróleo, y el gas, podría encarecerse en mayor o menor medida. Este lunes, por el momento, el ataque iraní a una base estadounidense en Qatar ha tenido el efecto contrario y ha provocado una caída del petróleo ante la convicción de que se trata de una represalia muy medida.. Seguir leyendo
Desde la interrupción de las exportaciones iraníes al bloqueo del estrecho de Ormuz, los analistas intentan calibrar el impacto económico del conflicto entre EE UU e Irán
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Estados Unidos ha agitado sin contemplaciones el avispero bélico de Oriente Próximo con su ataque a las instalaciones nucleares de Irán y el mundo ahora contiene la respiración a la espera de cuál será la respuesta de Teherán, que ya ha amenazado formalmente con el cierre del estrecho de Ormuz, la arteria marítima por la que circula una cuarta parte del petróleo y el 20% del gas natural licuado que se consumen en el mundo. Si el precio de ambas materias primas se desboca, regresará la inflación a las grandes economías occidentales, quedarán en el limbo las bajadas de tipos de interés previstas, se debilitará el crecimiento y caerán las Bolsas. Pero la magnitud de la sacudida es incierta y en plena confusión bélica, son varios los escenarios por los que el precio del petróleo, y el gas, podría encarecerse en mayor o menor medida. Este lunes, por el momento, el ataque iraní a una base estadounidense en Qatar ha tenido el efecto contrario y ha provocado una caída del petróleo ante la convicción de que se trata de una represalia muy medida.. Pese a sus amenazas, Irán no ha llegado a cerrar nunca el estrecho de Ormuz, pero es una drástica medida que ya esperan cada vez más inversores y que fácilmente dispararía el precio del crudo por encima de los 100 dólares. Irán también afronta el riesgo de ver atacada su industria petrolera, lo que sería otro factor alcista para el precio del crudo. Y podría decidir igualmente el ataque a instalaciones petroleras y gasistas de países vecinos afines a EE UU. El petróleo y el gas son arma de guerra en Oriente Próximo, lo que abre diversos escenarios que van a determinar la velocidad y el alcance del rumbo alcista de su precio.. Cierre del estrecho de Ormuz. Es el escenario más radical y más temido por los inversores. El que más podría dañar a Occidente, pero también al propio Irán. “Seguimos considerando que cerrar el estrecho de Ormuz sería contraproducente para Irán: más allá de la respuesta militar que provocaría, reduciría drásticamente su capacidad financiera y tensionaría su relación con China, que depende en gran medida del petróleo del Golfo. En un cálculo racional, Teherán debería optar por la cautela”, asegura Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM. Norbert Rücker, jefe de economía de Julius Baer, coincide en que “cerrarlo alejaría a todos los compradores de petróleo, incluidos Estados Unidos y China, y probablemente provocaría una reacción militar feroz y devastadora, lo que haría que cualquier cierre fuera efímero”.. El cierre del estrecho de Ormuz impediría las exportaciones de las grandes potencias petroleras de Oriente Próximo (Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Baréin, Kuwait). Para Goldman Sachs, ese escenario sigue sin ser el más probable, si bien la firma tiene claro el impacto rotundo en precios de una medida como esa. Así, un cierre de Ormuz que no fuera temporal y se prolongase en el tiempo podría disparar el precio del crudo sobre los 110 dólares el barril y el del gas natural sobre los 100 euros por megavatio (desde los 41 euros), teniendo en cuenta que se suprimiría alrededor del 20% del suministro global de energía. “Aunque la situación en Oriente Próximo sigue siendo inestable, creemos que los incentivos económicos, incluidos los de Estados Unidos y China, para intentar evitar una interrupción prolongada y muy grave del estrecho de Ormuz serían muy fuertes”, añaden en Goldman Sachs.. Uno de los escenarios que maneja la firma es que el flujo de petróleo que pasa por el estrecho de Ormuz se redujese a la mitad durante un mes y que se recortara en un 10% durante los once meses siguientes, lo que bastaría para que el precio del crudo trepara de forma puntual a los 110 dólares. Firmas como Singular Bank calculan que el cierre del estrecho podría llevar al Brent hasta los 130 dólares. Respecto al gas, Goldman advierte que una importante reducción del suministro encarecería el precio del gas TTF negociado en Países Bajos, referencia en Europa, al umbral de 74 euros que precipitó la destrucción de demanda de esta materia prima durante la crisis energética europea que causó la guerra en Ucrania en 2022.. Alternativas. El cierre del estrecho de Ormuz sería un duro golpe para todas las potencias petroleras de la región, aunque quedarían algunos resquicios para la exportación. Así, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos disponen de 2,6 millones de barriles diarios de capacidad excedentaria en sus oleoductos que podría sacar al mercado sin depender de Teherán. La alternativa sería darles salida por el estrecho Bab-El-Mandeb, que conecta el Mar Rojo con el Océano Índico, aunque desde Goldman Sachs también advierten de los riesgos de una ruta que a menudo sufre los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen. “La disminución del 45 % (o 3,3 millones de barriles diarios) en el flujo de petróleo a través del estrecho de Bab el Mandeb en 2025 frente a 2023 ilustra la vulnerabilidad del transporte marítimo ante los ataques de grupos controlados por Irán”, señalan en Goldman.. Por Ormuz pasan cada día 20 millones de barriles de petróleo, una producción que el resto de potencias petroleras solo podría reemplazar parcialmente. Así, en el escenario que maneja Goldman Sachs de cierre de ese paso marítimo, otros productores, incluido Estados Unidos, podrían tirar de reservas estratégicas por entre uno y dos millones de barriles diarios en los dos primeros meses de bloqueo del estrecho. “Un mayor suministro de la OPEP+ podría ayudar a compensar la posible interrupción de las exportaciones de petróleo iraní, aunque esto sería limitado si se interrumpiera el tránsito por el estrecho. Arabia Saudita también tiene petróleo almacenado en el extranjero que podría liberarse, junto con posibles liberaciones coordinadas de los países miembros de la Agencia Internacional de la Energía si fuera necesario“, añaden en Citi.. Irán no produce. Donald Trump no ha tardado en echar mano del eslogan petrolero que agitó en la campaña electoral. Insistió este lunes en el “drill, baby, drill” y advirtió: “Mantengan todos bajos los precios del petróleo, estoy vigilando! Están haciendo el juego al enemigo, no lo hagan”. Irán afronta múltiples presiones para no cerrar Ormuz y también la amenaza de ver atacada su industria petrolera, actriz secundaria en la producción mundial pero también determinante para los precios. Si Teherán redujera su venta de petróleo en 1,75 millones de barriles diarios, bastaría para elevar el precio del Brent a los 90 dólares, según calculan en Goldman Sachs. Si ese descenso de producción fuese temporal el precio no tardaría en regresar a los 60 dólares, pero si se mantuviera en el tiempo, sin que la OPEP cubriera el hueco iraní con más producción, el Brent se mantendría entre los 70 y los 80 dólares el barril.. Otros precedentes bélicos. Irán no ha llegado nunca a cerrar el estrecho de Ormuz. Si lo decide, el precio del petróleo y la economía global entrarán en terreno desconocido. Aunque el pasado reciente deja numerosos ejemplos de conflictos bélicos e interrupciones del suministro —la guerra de Irak, la guerra civil en Libia o las sanciones de EE UU a Irán— que causaron un alza del crudo sin excesivo recorrido. “Incluso con las interrupciones de producción, los precios no necesariamente subieron ni se mantuvieron elevados durante mucho tiempo”, apuntan en Citi, donde además recuerdan que el pico de precios se alcanzó en el momento en que comenzaban los indicios de recorte de producción y no cuando ese recorte era efectivo. En definitiva, comprando con el rumor y vendiendo con la noticia.. Esta vez, sin embargo, podría ser diferente. Entre de las posibles represalias por el ataque de EE UU, Irán también podría atacar la infraestructura petrolera de proveedores rivales —Arabia Saudí e Irak ya han mostrado su preocupación al respecto— o propiciar ataques desde Yemen a petroleros que embarquen crudo en el Mar Rojo. Una escalada bélica dentro y fuera de Irán que sin duda dejará un petróleo y un gas más caros.