Si Susan Sontag dijo que para escribir sobre el amor hace falta coraje, Sabrina Carpenter diría que para escribir -y cantar- sobre el sexo hace falta descaro. Y ella no sólo es salvajemente descarada, sino que es radicalmente talentosa. Una combinación que cristalizó en el ambiente del O2 de Londres cuando la cantante se subió al escenario el pasado fin de semana con ese funk carnal tremendamente adictivo que insufla ganas de comerse el mundo. O al guapo de turno que se le pone a una delante.. Seguir leyendo
Su gira ‘Short n’ Sweet’ ratifica su estatus de estrella del pop mundial con una gira a la medida de la pantalla del móvil. En junio será cabeza de cartel de Primavera Sound
Si Susan Sontag dijo que para escribir sobre el amor hace falta coraje, Sabrina Carpenter diría que para escribir -y cantar- sobre el sexo hace falta descaro. Y ella no sólo es salvajemente descarada, sino que es radicalmente talentosa. Una combinación que cristalizó en el ambiente del O2 de Londres cuando la cantante se subió al escenario el pasado fin de semana con ese funk carnal tremendamente adictivo que insufla ganas de comerse el mundo. O al guapo de turno que se le pone a una delante.. «¡Londres, sois demasiada diversión!», animó Carpenter el pasado domingo desde un escenario de un blanco virginal que nada que ver tenía con ese jugar al desviste de su gira Short n’ Sweet. El espectáculo que brindó el pasado fin de semana mantuvo durante hora y media el nivel que se espera de una performance de Grammy. Y ella, por si fuera poco, tiene dos.. Su disco homónimo chapado en oro la consagró como una reina del pop: en la última edición de los galardones de la música ganó el Grammy a mejor disco pop y mejor grabación solista con la omnipresente Espresso. Con ambos bajo el brazo visitará Barcelona el 6 de junio como cabeza de cartel del Primavera Sound, brindando un show que ratifica su estatus a nivel mundial.. Pero también el griterío. Sólo en la noche del domingo parecía que sus más de 70 millones oyentes mensuales en Spotify estaban presentes en el recinto. El bullicio fue atronador ya desde la primera nota de Taste, y se extendió toda la noche en perfecta sincronía con su público. Y es que probablemente los 40.000 asistentes a sus dos noches en el O2 Arena se sabían el show de memoria. Porque si algo ha aupado a la cantante es la viralidad de sus conciertos.. Siempre hubo espectáculos diseñados para ver en una pantalla. El de Carpenter inundó TikTok durante la parte norteamericana de su gira. Los semidesnudos, la autoburla a su corta estatura, los guiños a los triángulos amorosos que ha protagonizado… En fin, el show, que cuelga un no hay billetes tras otro desde que arrancó su gira europea en Dublín el pasado 3 de marzo, se trae aprendido de casa. Y eso está bien: es un festival que está hecho para grabarse. Si uno va y no lo hace, no ha entendido a qué iba.. La rijosa puesta en escena fue acompañada de todo un universo de producción a modo de programa televisivo sesentero que reproducía una fiesta estilo Gatsby, todo ello trufado de referencias eróticas que descolocaron la mandíbula de más de un padre.. Y es que la audiencia dio para análisis. Mucho varón con los ojos al borde de una salida de órbita cuando interpretó Bed Chem, chicas que se adueñaron de su estética de Barbie -hubo, incluso, quién desempolvó su lencería fosforita de Marks and Spencer- chillando histéricamente Please Please Please, y también niñas que todavía no habrían descubierto el ardor de un primer beso coreando «I’m so fucking horny» al son de Juno, canción que dedicó a la actriz Salma Hayek, presente el domingo. Con ella suplicó con toques de humor inteligente y muy Gen-Z algo así como «hazme un hijo». Como en cada concierto, donde reproduce una postura diferente para imitar en la cama, tiró del repertorio de los valientes: un pino-puente… A ver quién aguanta eso.. De repente, Sabrina se volvió frangible. Y todo el público un poco también. Al son de baladas como Sharpest Tool, Dumb and Poetic o Because I Liked a Boy, empastaron todas las voces como rogando una segunda oportunidad a todos los casi algo del mundo.. Durante todo el show se alzaron miles de pantallitas sobre la pista, que desde arriba titilaba como el maillot de la cantante. Todo el mundo quiso llevarse a casa la prueba de haber visto Busy Woman en directo. Con Coincidence, el cielo se rompió. Y tras algún trago -recordemos el festejo al estilo Gatsby- a una botella de vino que más tarde haría girar a modo de ruleta: Come On Eileen, tema que versionó demostrando un rango vocal de escándalo y con el que armó una auténtica fiesta de bailoteo y disfrute.. Fue como una película cobrando vida: ella se movía por el escenario con una dosis felina de atrevimiento y sensualidad que harían de cualquier gañán un muñeco de trapo. Sobre todo durante las canciones Nonsense o Feather, de su disco Emails I Can’t Send. Aquellos temas, lanzados mientras giraba como telonera de Taylor Swift durante The Eras Tour -que fue su plataforma de lanzamiento-, llegaron a encaramar a la artista en lo más alto de las listas de éxitos en las que su canción más sonada, Espresso, que acumula ya más de dos mil millones de reproducciones, echó raíces en el Billboard top 3 durante semanas consecutivas. Con ella puso fin a la fiesta. Incluso los impedidos rítmicamente se balanceaban. Qué dominio del escenario, qué presencia. Se metió a todo el público boquiabierto en el bolsillo con una astucia diabólica que mostró, incluso, durante las pausas entre canciones. ¿Cómo es posible que una pizquilla de 1,50 metros de estatura se vuelva tan colosal sobre un escenario?. Resulta conveniente rebobinar hasta el amanecer de este icono de la Generación Z. Carpenter, que despegó en el concurso The Next Miley Cyrus Project, dio el salto a la televisión, pero no destacó hasta fichar por Disney Channel. Fue la cadena del ratón la que la catapultó a la fama e impulsó su carrera. En 2015 lanzó su primer álbum de estudio y desde entonces, suman seis. En realidad, casi todos pasaron sin pena ni gloria por la industria hasta que en 2022 llegó Emails I Can’t Send.. Nonsense se viralizó por el colofón variable de la canción: rimas que cambiaban según el destino entre lo sensual y lo sucio. Si hubo una que llamó la atención fue la de su interpretación en el festival californiano de Coachella. «Os veré a la vuelta cuando sea cabeza de cartel», se despidió. No andaba mal encaminada.. Que 2025 es el año del pop lo confirma la terna protagonista del Primavera Sound de Barcelona: Charli XCX, Chapell Roan y… Sabrina Carpenter. De momento será su única parada en España. La gira europea de Short n’ Sweet tiene previsto pasar por ciudades como París, Copenhague o Estocolmo, donde pondrá un punto y final el 4 de abril. Pero los números abren la posibilidad de ampliar su gira a la vuelta de verano. Al fin y al cabo el pasado febrero la cantante lanzó una versión extendida del álbum; pronto podría haber alguna sorpresa.. No así con el show, que acabó sin extenderse un minuto. Mientras el gentío salía, vídeos pregrabados de la cantante despedían al público. Vídeos que todos habían visto en TikTok y que, no obstante, mantuvieron a todo el mundo encaramado a su pantalla un ratito más. Esa es la fórmula de su éxito: una performance continua siempre en la palma de la mano.
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