Soy consciente de que se ha acordado que la segunda temporada de The Last of Us no está funcionando como se esperaba, pero no tengo claridad sobre cuál es el problema específico. No tengo idea de por qué, pero la serie me despidió a los cinco minutos del primer episodio.. Seguir leyendo
Existen ciertas frases o clichés que consideramos normales debido a las comedias de situación y las películas de Marvel. Esto lo notamos en guiones que parecen haber sido escritos con mucha prisa, o generados por ChatGPT, y se pueden identificar también en ‘The Last of Us’.
Soy consciente de que se ha acordado que la segunda temporada de The Last of Us no está funcionando como se esperaba, pero no tengo claridad sobre cuál es el problema específico. No estoy seguro de los motivos, pero la serie me desanimó a los cinco minutos de comenzar el primer episodio. Quiero dejar constancia de que soy uno de esos aficionados que ha arruinado alguna cena al hablar sobre las increíbles historias y aventuras que ofrecen los videojuegos en los que se inspira la serie. Se cuenta una aterradora historia sobre las medidas extremas que se toman por amor, que pueden ir desde un simple obsequio de cumpleaños hasta un brutal asesinato en masa. Es posible que no lleguen a ninguna nueva conclusión, pero durante el proceso nos impactan emocionalmente con su creatividad deslumbrante, como si estuvieran creando un nuevo género. A pesar de todo esto, lo que más me sorprendió en su momento fueron las secciones en las que el videojuego deja de ser interactivo, esos interludios que permiten que la historia progrese de forma convencional. Los diálogos presentados aquí son de una calidad asombrosa. Por otro lado, los diálogos de la serie de televisión me generan una aversión instantánea. Sufren de un tic que yo personalmente maldigo. Una característica que se encuentra en todas las formas de ficción popular en la actualidad.
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